Según un reciente artículo del New York Timesel 85% del sistema de metro de Nueva York depende de un anticuado sistema analógico de señales que se puso en marcha casi un siglo antes.
El sistema funciona esencialmente como una red de luces en tierra y circuitos eléctricos. Mediante la «señalización de bloques«, los maquinistas pueden saber cuándo un tren ocupa un bloque (vía dividida en varias secciones). Los maquinistas deben estar atentos a estas luces de señalización en tierra para asegurarse de que se mantiene una distancia suficiente entre cada tren en circulación para evitar colisiones.
Además, Dyanesha Pryor, como se menciona en el artículo del Times, se encarga de los «enclavamientos» del sistema (puntos donde se entrecruzan las vías del metro). La Sra. Pryor y otros operadores de la torre de control deben mover manualmente palancas en una fila de 24 para fusionar con seguridad el tráfico exprés y el local en las intersecciones.
Todo el dispositivo operativo es tan grande como un piano de cola, explica The New York Times. Ciertas palancas permiten desplazar partes de las vías, mientras que otras señalan luces rojas o verdes
Aunque la máquina de enclavamiento se creó con diversas maniobras de palanca para proteger contra el error humano, sigue requiriendo la presencia humana las veinticuatro horas del día.
Si la Sra. Pryor tiene que ausentarse para ir al baño, todos los trenes exprés deben circular en local sin que nadie pueda manejar el enclavamiento.
Este anticuado sistema es el culpable de muchos de los famosos retrasos del metro. Si vives aquí, no te sorprenderá saber que el metro puede sufrir hasta varios cientos de retrasos al día.
Sin embargo, la ciudad pretende actualizar este sistema casi centenario con un control de trenes basado en comunicaciones (C.B.T.C). Este moderno sistema se utiliza en otros metros del mundo, como los de Londres y París.
En este sistema, las comunicaciones inalámbricas sustituyen a la necesidad humana de supervisar los movimientos de los trenes, con un intercambio de información preciso y en tiempo real entre los trenes y los centros de control.
Sin embargo, si se pone fin a la tarificación de la congestión y se desfinancia el próximo presupuesto de capital de la MTA, la expansión del CBTC en Nueva York podría estar en peligro.