Después de explorar los microbarrios neoyorquinos de Little Ireland a Little Guyana, tendrás que añadir otro a la lista: Little Manila.
Situado a lo largo de la avenida Roosevelt, entre las calles 63 y 71, en Woodside, Queens, esta zona se convirtió en el centro de la diáspora filipina después de 1965. En la actualidad, alberga algunos de los mejores restaurantes filipinos de Nueva York. Mientras esté allí, aquí tiene los sitios donde no puede dejar de comer.
Compra comida en Phil-Am Food Market
En Phil-Am Food Market, que abre todos los días excepto los miércoles, podrás encontrar una gran variedad de productos filipinos. Esta tienda de comestibles no sólo tiene toneladas de productos filipinos importados, sino también un bar caliente en la parte de atrás para comprar productos recién hechos. Hay que tener en cuenta que el gasto mínimo con tarjeta es de 10 $. ¡Recomiendo salir con una bolsa de patatas fritas filipinas y un pastelito!
📍4003 70th St, Woodside
Ir de barbacoa a Ihawan
Ihawan, de propiedad y gestión familiar, es conocido por su increíble barbacoa y su kamayan (que en tagalo significa comer con las manos). Tienen bandejas de kamayan para grupos de dos a ocho personas, pero también puedes pedir brochetas de barbacoa individuales a la carta. De postre, aguacate con hielo, aguacate maduro con hielo picado y leche.
📍 40-06 70th St, Woodside
Pídelo todo en Purple Dough
Si eres un goloso empedernido, sin duda querrás pasarte por Purple Dough. Esta tienda de postres filipino-estadounidense está especializada en todo lo relacionado con el ube, un popular sabor originario de Filipinas que se obtiene del ñame morado. Desde rosquillas de ube hasta cannolis, magdalenas y flanes, e incluso puedes acompañarlo todo con un té de burbujas de ube o el tradicional halo-halo (helado filipino y leche a menudo con capas de gelatina).
📍6304 39th Ave, Woodside
Prueba el chisporroteante sisig en Renee’s Kitchenette
Reconocido por «allanar el camino» a la Pequeña Manila de Nueva York, Renee’s Kitchenette es un clásico absoluto del barrio. Su adorable atmósfera te hace sentir como en casa, creando el ambiente perfecto para disfrutar de su chisporroteante sigsig (cerdo crujiente filipino servido normalmente con un huevo) y su zumo fresco de melón cantalupo. Pero cualquier cosa que pidas en el menú te gustará.
📍69-14 Roosevelt Ave, Woodside