¿Sigues debatiéndote entre pasar el verano en los Hamptons o en el norte del Estado? ¿Por qué no cambiar el tráfico por las aguas turquesas de la República Dominicana? Con esta nueva ruta aérea desde Nueva York, llegar hasta allí es más fácil que nunca.
Arajet ha lanzado oficialmente un vuelo sin escalas desde el Aeropuerto Internacional de Newark, en Nueva York, al Aeropuerto Internacional de Las Américas, en Santa Domingo, que le llevará del pegajoso calor veraniego de Nueva York al paradisíaco país caribeño en unas cuatro horas.
🇩🇴 Itinerario: 24 horas en la República Dominicana
Volamos en el vuelo inaugural para pasar un día entero en la isla, decididos a marcharnos con un bronceado, un nuevo sello en el pasaporte y un veredicto sobre si todo había merecido la pena.
Spoiler alert: ¡nos subimos al carro de los viajes de 24 horas!
✈️ Vuelo inaugural
Una vez en el aeropuerto, pudimos facturar en el mostrador de Arajet antes de encontrar nuestra puerta de embarque. Con sólo unas horas de vuelo, nos acomodamos uno al lado del otro, abriendo nuestros libros favoritos y compartiendo un tentempié que nos habíamos acordado de meter en nuestras maletas personales.
Al tratarse de una aerolínea de bajo coste, conviene aprovisionarse de todos los aperitivos y bebidas favoritos antes de embarcar, ya que no hay servicio a bordo. Además, la ausencia de pantallas es la excusa perfecta para desconectar, pero si no puede volar sin ver algo, asegúrese de descargar sus programas o películas con antelación.
Como nuestro vuelo salió de Newark el lunes a mediodía y aterrizó en Santo Domingo sobre las 16.30 (ambas ciudades en la misma zona horaria), y nuestro vuelo de vuelta salió el miércoles a las 6.18, tuvimos un día entero para aprovechar al máximo nuestra estancia en la República Dominicana.
🛏️ Cena + Hotel
Al aterrizar, nos recibieron con bolsas de Arajet llenas de regalos, mini botellas de licor y un puro dominicano para celebrar el vuelo inaugural. Mientras pasábamos por la aduana, un grupo de bailarines nos sorprendió con un maravilloso espectáculo de merengue (el baile nacional de la República Dominicana).
Después nos dirigimos al corazón de la ciudad para dejar las maletas en el JW Mariott Hotel Santa Domingo.
El hotel ofrece lujosas instalaciones, desde la piscina a las alturas del cielo con vistas a Santa Domingo (abierta las 24 horas; sí, tuvimos que ir a darnos un baño al amanecer), el bar Vértigo a 101 pies de altura sobre las calles con suelo de cristal transparente, y preciosas habitaciones que nos hicieron pasar una noche de sueño perfecta tras un día de vuelo.
Pero antes de irnos a dormir, teníamos que ir a cenar al restaurante Larimar. Este restaurante latinoamericano gritaba vacaciones con su precioso mural de una sirena que va del suelo al techo, sus accesorios de conchas marinas y un asombroso bar circular en el centro. Recomendamos cualquiera de los platos de pescado fresco o los bucatini de costilla.
🎤 Casa de Campo
Saciados y con sueño, volvimos al hotel para pasar la noche. Por la mañana, nos alimentamos con un increíble desayuno en el hotel antes de salir a la carretera para dirigirnos a Secrets La Romana, un resort todo incluido sólo para adultos. Allí conocimos a la encantadora Angie, que nos enseñó la amplia y pintoresca propiedad.
Pero como sólo teníamos 24 horas, nos aseguramos de disfrutar de las vistas, tomarnos una piña colada y volver a la carretera para visitar Casa de Campo, una exclusiva comunidad residencial y complejo turístico que ha acogido a famosos como Beyonce, Michael Jordan, Marc Anthony y muchos más.
Aquí deambulamos por el pueblo mediterráneo del siglo XVI, parando en tiendas locales como Artisan Chavón, con sus espectaculares piezas de cerámica hechas a mano, y echando un vistazo al anfiteatro Altos de Chavón, uno de los recintos más famosos del Caribe. Ha acogido más de 163 conciertos en los últimos 30 años, e incluso tuvo a Frank Sinatra como primer artista en su escenario al aire libre.
🌴 Secrets La Romana
Llegamos a nuestro resort e inmediatamente nos pusimos los trajes de baño. Nuestras habitaciones contaban con impresionantes piscinas exteriores, que te permitían deslizarte directamente desde tu terraza privada hasta el agua cristalina, el chapuzón refrescante perfecto después de haber pasado demasiado calor relajándote en una tumbona.
Sin embargo, con el reloj en marcha y nuestras horas de luz limitadas, llegamos a la playa con unas horas de sobra, listos para disfrutar de la melodía de las olas rompiendo contra la orilla. El agua, casi azul Gatorade, estaba a la temperatura perfecta, ¡incluso para un baño a las 6 de la tarde! Lo que hace única a la playa de La Romana es que, a diferencia de las aguas de Punta Cana, éstas estaban absolutamente libres de algas.
🌊 Cena junto al mar en el muelle
Después de dejar que la sal del mar nos reviviera, nos dirigimos a nuestras habitaciones para prepararnos para la cena en el muelle. Nos embarcamos en un viaje culinario a través de la República Dominicana con cada plato destacando una región diferente de la isla.
Nos encantó el pargo rojo frito en salsa de coco inspirado en el noreste, pero no podíamos dejar de mencionar la crema de maíz, el crumble de anacardos y el helado artesanal de jalao de postre. Todo esto, unido a la puesta de sol sobre el agua rítmica, nos hizo preguntarnos por qué elegiríamos una excursión de un día en cualquier otro lugar.
Terminamos la noche disfrutando de la animación nocturna del complejo en el escenario al aire libre, mientras nos tumbábamos en las tumbonas de la piscina para saborear por última vez el aire caribeño antes de regresar a la ciudad.
Vuelo de vuelta a casa
Saliendo temprano por la mañana, el viaje de vuelta fue coser y cantar, y estábamos de vuelta en Newark antes de darnos cuenta. Como cualquier otro neoyorquino, pudimos estar de vuelta en la oficina ese mismo día.
En general, este viaje nos hizo darnos cuenta de que hay muchas más oportunidades para hacer un viaje rápido fuera de la ciudad. No hacen falta grandes planes ni mucho tiempo libre para explorar nuevas ciudades, incluso nuevos países.
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