Acelerar el viaje entre Nueva York y Londres podría no depender de aviones supersónicos, sino de un túnel transatlántico…
Hace años que se quiere que el trayecto entre ambas ciudades, de unos 5.000 km, sea mucho más rápido que las siete horas de vuelo comercial. Y aunque los aviones supersónicos se revelan como una solución, algunos futuristas creen en el sueño de un túnel transatlántico.
Se calcula que este hercúleo proyecto costaría unos 20 billones de dólares (más de 15 billones de libras), y reinventaría la forma en que viajamos internacionalmente. Aunque el proyecto sólo está en fase teórica, quién sabe lo que será posible con el tiempo, a medida que se sigan produciendo avances tecnológicos.
Los conceptos sobre cómo construir el túnel transatlántico entre Nueva York y Londres varían: algunos proponen construir todo el túnel bajo el fondo del océano. Otros sugieren un túnel flotante anclado con cables y sumergido metros bajo la superficie del agua, o una opción híbrida con partes del túnel sobre el agua.
No sería el primer túnel de este tipo para Inglaterra, ya que el actual Túnel del Canal, un ferrocarril submarino de 31 millas de longitud, lleva a los pasajeros de Folkstone (Inglaterra) a Coquelles (Francia). Actualmente es el túnel submarino más largo, con 23,5 millas que discurren bajo el Canal de la Mancha.
El Túnel del Canal transporta pasajeros entre ambos países en 35 minutos. Sin embargo, si todo va según lo previsto, los teóricos calculan que el viaje propuesto a través del túnel transatlántico entre Nueva York y Londres sólo tardaría unos 54 minutos. Se necesitarían velocidades de 8.000 kilómetros por hora para hacer el viaje en los 54 minutos propuestos. Para contextualizar, los aviones comerciales vuelan actualmente a una velocidad de entre 400 y 600 millas por hora.
¿Se imagina llegar hasta Inglaterra en menos de una hora? Diablos, probablemente le lleve más tiempo volver a su apartamento en Nueva York en hora punta o con los retrasos que se produzcan en los trenes.
Así que, independientemente de que el túnel transatlántico llegue a construirse, sólo la idea ya inspira formas de mejorar los viajes y maximizar la eficiencia. Hasta entonces, tendremos que conformarnos con siete horas de avión.