Aunque tal vez conozca Stone Street como la animada calle adoquinada para peatones del distrito financiero, su pavimento original yace oculto a dos o tres metros bajo los adoquines actuales. Pero antes de entrar en materia, demos una pequeña lección de historia.
Nueva Ámsterdam antes de convertirse en Nueva York
El asentamiento holandés de Nueva Ámsterdam se estableció como capital de Nueva Holanda en la década de 1620 y funcionó como principal centro comercial de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales. Se fundó para facilitar el comercio de pieles de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, accesible tanto por el río Hudson como por el East, atraer colonos y reforzar las reivindicaciones territoriales.
Fue unas tres décadas después, en 1658, cuando lo que hoy conocemos como Stone Street se convirtió en la primera calle pavimentada de Nueva York, con dos vías coloniales: Breuers Straet (llamada así por las numerosas cervecerías que bordeaban la calle, y considerada la sección oeste de la actual Stone Street) y Hoogh Straet (la sección este de la actual Stone Street).
No fue hasta que los ingleses se apoderaron de Nueva Ámsterdam en 1664 cuando pasó a llamarse Nueva York.
Cómo surgió Stone Street
Cuando los ingleses cambiaron el nombre de Nueva Ámsterdam por el de Nueva York, Breuers Straet se convirtió en Stony Street y Hoogh Street se tradujo por High Street.
La primera imprenta de Nueva York se estableció en esta misma calle, donde ahora se encuentra el Beckett’s Sports Bar.
A principios del siglo XVIII, High Street pasó a llamarse Duke Street. Sin embargo, tras la Guerra de la Independencia estadounidense, las calles Duke y Stony se fusionaron en una sola calle de gran extensión llamada Stone Street. Este nuevo nombre conmemoraba el camino empedrado.
La calle ha vivido muchas vidas desde entonces, soportando el Gran Incendio de Nueva York y muchas reconstrucciones.
En 1979, cuando los arqueólogos excavaban el lugar para construir el rascacielos del 85 de Broad Street, descubrieron los restos de la Stone Street de 1600 enterrados entre dos y tres metros bajo la superficie por la que hoy paseamos.
En 1996, Stone Street fue declarada monumento protegido de la ciudad de Nueva York. A finales de los 90, se invirtieron 1,8 millones de dólares en devolver a Stone Street su gloria original, sustituyendo el asfalto adoquinado por 23.000 adoquines de bloque belga.
Más información sobre la historia de Stone Street en el sitio web del distrito histórico de Stone Street.