
En pleno invierno, especialmente en este mes de enero, es difícil imaginar una época en la que Nueva York fuera aún más fría. Sin embargo, el 9 de febrero de 1934 fue el día más frío de la historia de Nueva York, con una temperatura de -15°F.
Ese día hizo tanto frío que el río Hudson se congeló. Según los registros, el hielo llegó a alcanzar los 45 cm de espesor. El río estaba tan helado que sólo funcionaba un transbordador, el Dutchess, que transportaba pasajeros entre Newburgh y Beacon.

Según la Sociedad Histórica de Beacon, las temperaturas eran tan gélidas aquel invierno que el fin de semana del 15 y 16 de febrero de 1934 500 personas cruzaron a pie el Hudson helado para ir y volver de Newburgh. Sin embargo, no era la primera vez que la gente cruzaba a pie un río Hudson helado; las posibles travesías son anteriores incluso a la Revolución Americana.
Sin embargo, especialmente el invierno de 1917-1918 fue uno de los más notables de la historia más reciente. Durante este invierno, el río Hudson se congeló tanto entre Tarrytown y Nyack que los vehículos pudieron atravesarlo.
Al parecer, este «puente de hielo» duró 43 días. Según Scenic Hudson, los coches podían recorrer la distancia de 5 km en «prácticamente nada de tiempo», mientras que los peatones tardaban una hora y los patinadores unos 15 minutos. Se dice que los voluntarios mantuvieron diferentes carriles sobre el hielo, uno para vehículos y otro para peatones.
Por supuesto, conducir por un río helado tiene sus riesgos de seguridad. Un informe documenta el hundimiento de un coche en los años 20 después de que un residente de Yonkers intentara cruzar en su Buick. El conductor pudo regresar sano y salvo a la orilla.

Hoy en día, hay varias razones por las que es bastante difícil que el río Hudson se hiele, especialmente cerca de Nueva York. Factores como la salinidad del río debida a la mezcla de agua dulce y salada, las corrientes de las mareas y la gran profundidad del río son algunos de los factores que contribuyen a esta dificultad.