Si alguna vez te has quedado sin voz cantando «Glamorous», «Bring Me To Life» y «The Climb» (nosotros hemos pasado por eso, y tenemos todos los vídeos de nuestro querido Baby Grand para demostrarlo), hay un nuevo local en West Village que va a llevar tu obsesión por el karaoke a un nivel completamente nuevo. Se trata de Beatbox, el nuevo bar de karaoke inmersivo de la ciudad que abrirá el 1 de noviembre y que no se parece en nada a lo que hayas visto antes.
A pesar de su nombre, no es necesario saber hacer beatbox (a menos que te sientas atrevido). Más bien, Beatbox reimagina el karaoke como una experiencia de concierto en toda regla, mezclando la intimidad de un estudio de grabación, la energía de un vídeo musical y una hospitalidad de alto diseño en una noche inolvidable.
Fundado por las mejores amigas, Lannie Rosenfield y Sara Goodison, Beatbox pretende ser «un centro cultural donde los entusiastas de la música de todas las edades, desde cantantes ocasionales a fans acérrimos, puedan reunirse para conectar y celebrar». ¿Traducción? Tanto si eres la próxima Whitney como si mantienes el autotune en el negocio -sin sombra, todos queremos a Charli-,sentirás que tu nombre merece estar en lo alto de las luces.

El espacio cuenta con tres suites privadas y varios modos de juego:
- On Key – canta con notas y letra y compite para ver quién es el mejor cantante
- Don’t Forget the Lyrics (No olvides la letra ): desafío de palabras perdidas con inteligencia artificial.
- Estilo libre: juego clásico, no competitivo, para una experiencia de karaoke más relajada y clásica.
Incluso hay autotune y efectos vocales opcionales, los mismos que se utilizan en los estudios profesionales, para que puedas sonar como tu mejor yo (sin importar el número de cócteles que lleves).

Y, hablando de cócteles, el programa de comida y bebida es igual de estelar.
Creado por Gadi Peleg (Breads Bakery, Stretch Pizza, Buba Bureka), el menú se inspira en la nostálgica comida casera, como los bocaditos de pretzel, los cerditos en una manta y las Karaoke Fries (su versión de las Disco fries). Las bebidas van desde Pandan Sours y Dirty Chais hasta Rockstar Martinis y Sang-ria.
Pero lo que más llama la atención es el diseño.
Desde el salón de tonos joya, forrado con discos de vinilo y fotografías de conciertos, hasta las suites privadas, decoradas con paredes de LED de 2 x 3 metros e iluminación teatral, todos los detalles reflejan la fantasía de estar de gira. El ambiente está a medio camino entre el estudio casero de una estrella del rock y la sala verde entre bastidores, perfecto para bises improvisados.
Además, para una mayor personalización, los invitados pueden indicar sus preferencias musicales en el momento de la reserva y el equipo de Beatbox creará una lista de reproducción personalizada para el grupo. Una vez en el local, la lista de reproducción se puede importar a la lista de canciones de la sala, lo que facilita poner en cola las favoritas e incluso etiquetar a los amigos para que canten con ellos ciertas canciones.

Lannie Rosenfield declaró:
La música es el mejor conector. Con Beatbox, queríamos reimaginar el karaoke desde el punto de vista de la interactividad. Al desarrollar un software propio, hemos creado modos que… permiten a los invitados actuar sin presión. Combinando estas funciones con una puntuación en tiempo real y un diseño de producción de alto nivel, cada canción se convierte en una experiencia compartida más atractiva que una noche de karaoke tradicional».
Situado en el 248 W de la calle 14, Beatbox acogerá happy hours, noches temáticas y eventos centrados en artistas con motivo de la publicación de grandes álbumes o aniversarios, así como eventos del sector, proyecciones y visionados.

Tanto si se trata de tu próxima fiesta de cumpleaños como de un viernes por la noche espontáneo, puede que acabes protagonizando tu propio vídeo musical. Obtén más información o reserva tu sesión en su sitio web.