Nuestra falsa heredera alemana favorita Anna Delvey, la nueva concursante de Dancing With The Stars, no para de dar sorpresas.
Delvey, cuyo verdadero nombre es Anna Sorokin, estafó a los neoyorquinos adinerados cientos de miles de dólares en 2019 para la inventada Anna Delvey Foundation, su club privado y fundación artística. Un artículo en profundidad de New York Magazine destapó la historia, y una serie ficticia de Netflix, Inventing Anna, siguió la dramática saga.
Ahora, tras ser condenada, cumplir una pena de prisión, permanecer en arresto domiciliario, urdir una serie de televisión Cenando con Anna desde su apartamento del East Village (entre otros proyectos creativos), Anna se sumerge en el mundo del baile.
El anuncio se produjo en Good Morning America el 4 de septiembre, y no hace falta decir que los fans de DWTS no esperaban necesariamente esta incorporación a la 33ª temporada del programa, que se emite el 17 de septiembre.
«En cierto modo me convencieron para hacer esto. Conseguí el permiso del ICE [Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos] y luego ya era demasiado tarde para echarme atrás», declaró a The Hollywood Reporter tras conocerse la noticia.
Ahora, Delvey está deseando ponerse a entrenar en pareja con Ezra Sosa. Y sí, su monitor de tobillo permanecerá encendido durante toda la competición, y se enfrenta a la posibilidad de deportación.
Según Associated Press, podría viajar en un radio de 70 millas desde su base de operaciones y a cualquier lugar de los cinco distritos de Nueva York bajo las condiciones previas de arresto domiciliario.
Sin duda será una temporada interesante, y sin duda lo añadiremos a nuestra lista de cosas que hacer este septiembre – cualquier neoyorquino estará de acuerdo. Veamos si puede estafar a los jueces para ocupar uno de los primeros puestos. ¿Alguien me pasa las palomitas? Por favor, gracias.