Saluda a Agloe, Nueva York, una ciudad que no existió, luego sí, y… luego volvió a no existir.
La pequeña ciudad (que estaría a unas 2,5 horas de Nueva York) es lo que se llama una «ciudad de papel», un lugar que comenzó como una entrada ficticia en un mapa, pero que brevemente se convirtió en real.
Veamos cómo transcurre la historia.
En la década de 1920, dos hombres de la empresa de cartografía General Drafting Company, Otto G. Lindberg y su ayudante Ernest Alpers, crearon una ciudad falsa en el condado de Delaware, Nueva York.
La ciudad era un anagrama de sus dos nombres y la colocaron en una intersección remota de sus mapas como trampa para los derechos de autor.
En aquella época de mapas físicos, si «Agloe, Nueva York» aparecía en el mapa de un competidor… era obvio que estaban plagiando los mapas de General Drafting Co. Estas trampas de derechos de autor se convirtieron en algo habitual durante este período de tiempo, cuando las empresas intentaban todo tipo de trucos para despistar a otros cartógrafos.
Una década más tarde, en los años 30, la historia da un giro y una empresa llamada Agloe Lodge Farms se registra oficialmente como entidad comercial en la región, junto con un almacén de ramos generales llamado Agloe General Store.
Según el Times Herald-Record, los miembros de la familia Nead vendieron por un dólar el terreno que sería Agloe, NY, del que sospechaban que en realidad era una tapadera del fabricante de mapas rival, Rand McNally.
No obstante, el propietario de la tienda había visto Agloe en un mapa y decidió utilizar el nombre, convirtiendo sin querer la ciudad ficticia en un punto de referencia real, aunque diminuto.
Agloe siguió apareciendo en los mapas durante décadas, incluso después de que la tienda cerrara y la zona quedara abandonada en la década de 1990.
Se convirtió en un extravagante símbolo de la difusa línea que separa la ficción de la realidad, y más tarde se popularizó en la novela de John Green Ciudades de papel y en su adaptación cinematográfica.
Sin embargo, hoy Agloe ya no es un lugar oficial y no podrá encontrarlo en un mapa (ni en Google Maps), pero su peculiar historia cartográfica sigue siendo una de las grandes historias populares del país.